¡Hola! ¿Qué tal estás?
Hoy quiero hablarte de la infancia, donde todo pasa, donde nos formamos como personas, donde nacen nuestras creencias, nuestros valores, donde empiezan las etiquetas y las capas, donde empezamos a construir una identidad para ser aceptados, valorados y reconocidos por nuestras figuras de referencia.
En nuestra mano está poder educarles para que puedan entenderse y autorregularse. Para que puedan gestionar sus emociones, sean las que sean, sin necesidad de ocultarlas ni taparlas. Entendiendo que todo lo que puedan sentir es bienvenido, que merece ser escuchado y mirado para que no se enquiste. Para que no se quede dentro, incluso aquello que no queremos ver ni oír. Que puedan sentir rabia, que puedan estar tristes y mostrarlo. Pero aquí entra nuestra propia capacidad de autorregularnos, de aceptar y dar voz a todo aquello que nos pasa, sin capas, sin filtros.
Es el momento de indagar y ver la persona maravillosa que hay ahí dentro. Solo así podremos ver las personitas que tenemos delante y amarlas y aceptarlas sin condiciones.
Te espero al otro lado.
pd2_ El título de hoy hace referencia a un libro que os recomiendo muchísimo. «Infancia, la edad sagrada. Años sensibles en que nacen las virtudes y los vicios humanos» de Evania Reichert.
Un fuerte abrazo,
Carlota
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